Petits pains pistache-fruits rouges

Hoy empezaré con una frase muy acertada de Fernand Point, el padre de la cocina moderna francesa: «No se puede cocinar bien si no se pone en ello el corazón, dado que, por encima de todo se trata de que reinen en torno a la mesa sentimientos de amistad y de fraternidad.«

Ya han pasado casi dos meses desde la gran Cena de otoño a la que tuve el honor y el placer de asistir. En varias ocasiones tuve la oportunidad de darles las gracias a los dos cocineros, Raúl y Mayte, pero me faltaba el tercer responsable de esta bonita iniciativa: Niall Walsh. No he encontrado mejor forma que dedicarle la receta de hoy, inspirada en la receta de la bloguera canadiense Jennifer de Seasons & Suppers que descubrí gracias a él. Cocinar es para mí un descubrimiento constante que brinda la posibilidad de reinventarse gracias a los demás. Por eso he decidido crear mi propia versión de esos Warm bread bites con los que descubrí este maravilloso blog y compartirla con vosotros.
En esta ocasión, he cambiado los panes originales por unos panecillos de leche tradicionales dándoles un sabor diferente a pistacho, y he sustituido la mermelada que va debajo (demasiado dulce para mi gusto, por muy casera que fuera) por una rica compota de frutos rojos sin azúcar añadido. El resultado ha gustado tanto que los panecillos no han durado ni cinco minutos en la mesa…
¡Ah¡ Y lo dicho: estos deliciosos bocados van dedicados a Niall.

 ♦ RECETA ♦

Para los panecillos de leche y pistacho

200 g de harina de trigo
50 g de harina de fuerza
125 g de leche entera
10 g de levadura fresca
15 g de mantequilla blanda
25 g de crema de pistacho
5 g de sal
1 huevo para decorar
60 g de pistachos
2 cucharadas soperas de azúcar glas

Para la compota de frutos rojos

200 g de frambuesas
200 g de arándanos rojos
1 mango
1 manzana

En el bol de un robot amasador, introducir las harinas, la sal, la leche, el azúcar y la levadura desmigada. Mezclar 4 minutos a velocidad lenta con el gancho, y luego 6 minutos a velocidad rápida. 4 minutos antes del final del amasado, añadir poco a poco la mantequilla en trozos, y luego la crema de pistacho.

La masa tiene que quedar elástica y despegarse de las paredes de bol. Formar una bola, tapar el bol con papel film y dejar reposar la masa una hora en un lugar templado.

Mientras tanto, preparar la compota.
Lavar los frutos rojos. Pelar y cortar en trocitos la manzana y el mango.
Colocar toda la fruta en una cacerola, añadir un chorrito de agua y llevar a ebullición.

Seguidamente, bajar el fuego, tapar, y dejar cocer a fuego bajo durante 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Transcurrido este tiempo, quitar la tapa y dejar cocer para que se evapore el agua (unos 5 minutos, o hasta que la fruta esté hecha).
Llenar unos cuencos de compota (hasta los 3/4) y dejar enfriar.

Cuando la masa haya doblado de volumen, volver a amasarla ligeramente con las manos para quitarle el aire y dividirla en 15 trozos de igual tamaño. Formar una bolita con cada trozo de masa y colocar 3 bolitas en cada cuenco, encima de la compota, procurando que estén a la misma altura y bien apretadas entre sí.

Dejar levar en un lugar templado una media hora o hasta que las bolitas hayan subido un poco (hay que procurar que no suban demasiado, ya que subirán más durante el horneado).

Precalentar el horno a 175 ºC.
Con la ayuda de una brocha, pintar los panecillos con huevo y hornearlos durante 10 o 15 minutos.
Mientras tanto, tostar un poco los pistachos en una sartén caliente sin dejar de remover durante unos cinco minutos. Dejarlos templar y triturarlos con el azúcar glas.
Cuando estén hechos los panecillos, sacarlos del horno, dejarlos templar un poco y espolvorearlos con los pistachos triturados.

♦ CONSEJOS Y TRUCOS ♦

• La crema de pistacho se encuentra en las tiendas gourmet. Si no la encontráis, podéis hacerla vosotros mismos, existen muchas recetas disponibles en Internet. También podéis prescindir de ella si no os gusta su sabor.

• He optado por dejar enteros los trocitos de fruta en la compota, pero podéis triturarlos (por ejemplo si los niños así lo prefieren). Si la compota aún está templada cuando coloquéis encima las bolitas de masa, no hace falta poner los cuencos en un lugar templado.

• Estos panecillos se comen mejor templados (por ejemplo con un poco de mantequilla), aunque los podéis hacer la víspera para comerlos en el desayuno. Si se os han secado un poquito, se pueden calentar unos segundos en el microondas para que se ablanden.